lunes, 10 de julio de 2017

Faja de las flores

18 de Junio de 2017
Hacía muchos años que no recorría la Faja de las Flores y las Clavijas de Cotatuero. Esta era una de esas excursiones que tenía pendiente con Belén sí o sí, pero eso de ir suspendida en el vacío por unas clavijas, le echaba para atrás. Por fin los astros 🌟🌟 parecieron alinearse...
♪♫ Woodkid - I Love You ♪♫
La fajeta de Salarons
Ignacio me dice que ha dejado la salida en manos de Carlos, que quiere hacer algo por Ordesa antes de que pongan los autobuses. Lo llamo y me dice que había pensado en la Faja de las Fllores. ¡Vale! Esto lo tengo hablar en casa para ver que piensa Belén y me dice que sí, pero con la condición de subir por Cotatuero y bajar por Salarons. Carlos siempre lo ha hecho en sentido horario pero no pone pegas para hacerlo en sentido inverso. Pensando en comprar pan, hacemos una  parada en Broto, pero está todo cerrado y ya pasan de las 8:30. Menos mal que en Torla se mueve algo y los comercios están abiertos. A las 9 ya estamos en la pradera. Salimos por el camino de Soaso que sube al fondo del valle de Ordesa y al pasar por el crucero de la Virgen del Pilar, cogemos el de la izquierda que remonta el valle de Cotatuero entre un tupido bosque de pinos y abetos. Me llamó la atención la cantidad de ellos cortados y que sus troncos no habían sido retirados. En 1h 15´ ya hemos salido del bosque y el camino ya se empieza a poner más escarpado. Al otear el tramo vertical con clavijas, paramos a colocarnos los arneses. Subimos este primer trozo estirando a veces la pierna un poco más de la cuenta, hasta llegar a una roca llana donde empieza el paso horizontal, otro pequeño tramo de 2mts verticales y otro tramo horizontal. Además de las clavijas, existe una sirga bien colocada por la que pasamos nuestras líneas de vida. Los pasos son aéreos aunque no entrañan dificultad, y si además llevamos puesto el arnés, podemos hasta disfrutar de este pasaje 😝
Superadas las clavijas, pasamos junto a la cascada de Cotatuero y mientras disfrutamos de las vistas, nos vamos quitando el arnés. Subimos un escalón y llegamos a un verde llano atravesado por los caudales que descienden de la parte alta. Nosotros nos desviaremos a la izquierda siguiendo el curso de un torrente. Algunas placas metálicas del parque nos indicarán que el itinerario es el correcto. Dejaremos a nuestra izquierda la faja blanquera, bastante expuesta y que discurre paralela por debajo de la faja de las flores, por lo que debemos seguir subiendo. Al salir de una canal, por fin llegamos a la faja que nos ocupa. Sabréis que habéis llegado porque llevaréis en torno a tres horas de marcha, más de 1000 mts de desnivel y sobre todo, porque no habrá nada que se interponga para ver el Taillón, Brecha, Casco, Marboré, Cilindro y Monte Perdido.
Caminando por el valle de Cotatuero
Saliendo del bosque
Comenzando las clavijas.
Belén y Carlos
Superado el tramo vertical, viene el horizontal protegido por una sirga.
Pese a los temores iniciales, Belén parece que no lo está pasando mal.
¡Ya hemos superado las clavijas! Ignacio, Delfín, Fran y Belén.
Vergel en lo alto del circo de Cotatuero.
Vista atrás
Subiendo por la canal. ya muy cerca de la faja, los anfitriones de este lugar nos esperan.
Subiendo por la ancha canal.
Ya muy cerquita de la faja.
Ya hemos llegado. Taillón, Brecha, Casco, Torre de Marboré al fondo.
También Cilindro y Monte Perdido.
La faja es una estrecha senda con entrantes y salientes a la montaña que, sin dificultad en sus casi 4kms de longitud, domina desde lo alto el valle de Ordesa. Nos lo tomamos con bastante calma disfrutando de las maravillosas vistas. Si el Valle de Ordesa es de lo más bonito de los Pirineos, la faja de las flores es la mejor manera de recorrerlo y disfrutarlo. Nos hemos entretenido tirando fotos y hasta hemos parado 1h para comer.
Primera parada para contemplar abajo el circo de Cotatuero.
La senda es en todo momento cómoda, casi llana y fácil.
Fran en uno de los salientes, con cilindro y Monte Perdido al fondo.
El valle de Ordesa.

Caminamos al Oeste
Pero también echamos la vista atrás.
Pasamos por la vertical del la pradera llena de vehículos.
Desde lo alto se aprecia las sendas que va ala fajeta y la que va a las clavijas.
Aún nos queda un poco más para salir al barranco de Salarons.
Sí, sí, la faja discurre justo por encima de esos cortados.
Ya vemos el Pico Salarons y antes de éste el barranco.
La faja acaba en el barranco de Salarons (4h 45´), donde empezaremos el descenso. Hay dos maneras de bajar al circo: o bien por las clavijas, algo más corto, o por la fajeta, algo más largo, a la vez que mucho más espectacular. Es por donde nosotros elegimos bajar. La senda parace que a ratos se pierde y nos lleva directamente al fondo del barranco, pero se sigue hasta que nos deja en la fajeta, un estrecho sendero colgado que recorre en horizontal parte del circo hasta dejarnos en la parte más segura de éste. Desde aquí, el sendero sigue bajando en una gran zeta hasta que cruza el barranco, junto al desvío (6h 15´) de la faja de Racón. Una parada para coger agua y emprender el último descenso ya por el bosque hasta casa Olivan, junto a la carretera, a 200mts al Oeste de la Pradera donde tenemos aparcado el coche (7h 15´).
Vamos bajando, Enfrente dejamos la faja.
Seguimos bajando en busca del sendero que nos lleve a la fajeta.
El sendero parece que nos quiere echar al fondo del barranco.
Con cuidado de no "escurrirse"
Ya caminamos sobre la fajeta.
Bajando de la fajeta para coger la senda herbosa
que nos lleve hasta la pradera.

martes, 20 de junio de 2017

Balaïtous por las Néous

10 y 11 de Junio de 2017
Ya se puede clasificar como clásica para los primeros días de junio. Y es que Ignacio ha ascendido al Balaïtous por las Néous nada menos que 14 veces y solamente en una ocasión fracasó porque no se veía ni torta. Como Ignacio dice: "La maldición continúa"
Bajando el glaciar de las Néous
Unas veces desde el refugio libre de Ledormeur y otras, como en este caso, desde el refugio de Larribet. Desde aquí es un poco más largo, pero la estancia en un refugio guardado siempre es más cómoda. El viaje en coche es largo, así que un buen almuerzo en Sabiñánigo no hay que perdonarlo porque ya no comeremos nada hasta llegar al refugio. Hacemos una pequeña parada en el Col d´Ausbisque que se encuentra muy animado por ciclistas y moteros que están aprovechando este magnífico día. Cuesta encontrar aparcamiento en lo más alto del Plan d´Aste. Gracias que ya es mediodía y hay excursionistas que, acabada la actividad, dejan libre algún hueco...
A la sombra nos hacemos la mochila y dudamos de las cuerdas que debemos llevar. Optamos por 2 de 60 mts que, aunque pesadas y más costosas de transportar, nos ayudarán en los pasos clave de la canal  y nos facilitarán la progresión y posterior rápel.
A las 14:30 h. nos ponemos en marcha por el bonito camino que cruza el río junto a la caseta del parque, para llegar en tan solo 20´ al lac de Suyen ya fuera de bosque y entrando en terreno de Parque Nacional. No sé por qué motivo se recordó los últimos días de los militares-marineros Cosme Damán Churruca y Blas de Lezo.  Continuamos la marcha hasta el cruce de Doumblas donde, aparte de una cabaña, existe un peculiar cobijo de pastores. Si continuaramos remontando el valle, llegaríamos a Respomuso por el Port de la Peire de Saint Martín, pero nosotros giramos a la derecha para colgarnos en el  pequeño valle de Larribet. Las empinadas cuestas acompañadas del intenso calor, nos hace sudar la gota gorda y el quinteto (todos nuestros años suman 277) se empieza a disgregar. Reagrupamos para recorrer el vallecillo y encarar por fin, las últimas rampas hasta el Refugio de Larribet a 2.072 mts (2:30 desde el parking), donde como dice su web: "Familias intrépidas, bucólicas excursiones, escaladores experimentados y montañeros motivados, encontrarán su sitio"

El valle de Arrens y el Lac du Suyen.
Cruce de Doumblas.
Últimas rampas al refugio de Larribet.
El collado de Pabat en el centro y el Balaïtous a la derecha, vistos desde la terraza del refugio.
A la mañana siguiente nos levantamos a las 5:30 para salir una hora después. Cruzamos el barranco en busca de una gran piedra blanca, donde curiosamente los sarrios hembras con sus crías acudieron al atardecer y el amanecer. Seguimos los mojones, a ratos por inexistente sendero, para coger una inclinada canal con la que superamos una primera muralla rocosa. Hasta aquí nos ha acompañado Antonio Gallardo, al que su maltrecha espalda de 69 años le aconseja no continuar. Seguimos la marcha ahora ya por nieve para alcanzar, siempre de la manera más cómoda, el collado de Pabat 2.648 mts (2h desde el refugio). Hacemos una parada de media hora para comer, poner arnés, echarnos crema y liberar algo de peso dejando los bastones. Descendemos en diagonal en busca de las Néous. Una vez en el glaciar, vamos subiendo muy lentamente siguiendo las huellas de un grupo de franceses, que subían del refugio de Ledormeur, hasta que la nieve da paso a la roca. La canal es la de en medio y afortunadamente la rimaya se encuentra cerrada, lo que nos facilita las cosas para introducirnos en la canal (1h 15´desde el collado). Recogemos crampones y piolet. Pepe va delante para asegurar al resto los primeros pasos, que son algo delicados contando con un paso de IV, por el que además discurre el agua de manera abundante. Afortunadamente, hay instalada una cuerda fija con gazas, porque si no, no sé si hubiera sido capaz de superarlo... Después la cosa se suaviza y entre bloques, virando algo a nuestra derecha con pasos de I y -II, ganamos la antecima del Balaïtous desde donde ya vemos el característico trípode metálico. Ya sólo queda seguir el corto cordal para alcanzar el punto más alto con sus 3.144 mts (4h 30´ desde el refugio). Las vistas dominan el Pirineo Central y me llamó poderosamente la atención su verticalidad a los lagos de Batcrabèr bajo el Palas, en el lado francés.
Cruzando el barranco al poco de salir del refugio.
Canal que nos alzará hasta la muralla rocosa.
Ponemos crampones para progresar más cómodamente (y aligerar el peso de la mochila!)
Llegando al col du Pabat (2.648 mts)
Pepe disfrutando de las vistas y de las luces de la mañana.
Entramos en el glaciar
En busca de la canal... Es la de en medio.  En la foto, tiene dos manchas de nieve en la parte alta.
Santiago superando uno de los pasos de escalada.
Recogemos las cuerdas y seguimos la progresión. ¡Vaya vistas!
Llegando a la antecima. Ya se divisa el trípode metálico.
Últimos metros para Ignacio y Santiago.
Cuando uno se siente pequeño y a la vez grande...
Foto de cumbre.  Estoy con Ignacio, Santiago y Pepe.
Media horita estuvimos en la cumbre. Se estaba de fábula con todo ese grandioso panorama. Toda la cumbre para nosotros solos. La vuelta consiste en recorrer de nuevo todo el trayecto anterior. Los destrepes son seguros y cuando llegamos a la zona del estrechamiento de la canal, nos aprovechamos de las dos cuerdas de 60 mts que con sudor hemos porteado y rapelamos hasta el comienzo de la rimaya.  Una vez en la nieve, avanzamos con rapidez, bajando por el glaciar para subir después unos cuantos metros hasta el collado de Pabat. Recuperamos los bastones que habíamos dejado por la mañana y continuamos, ya algo cansados, hasta el refugio (2h 45´ desde la cumbre). Hacemos una parada en el refugio para rehacer la mochila, comer algo y acabar con todo el vino, pues no era cuestión de bajar más peso de lo debido. Al final, la cosa se alargó más de una hora, y es que la sombra de esa terraza invitaba a quedarse. No os vayáis sin probar el pan con frambuesas que hacen Laëtitia y Stéphane. ¡Una delicia! En el parking nos estaba esperando ya con cierta impaciencia Antonio para poner rumbo a casa.
Destrepando para acercarnos a la canal.
Rapel en el estrechamiento.
Un bloque de nieve todavía tapaba la rimaya.
Volviendo al collado de Pabat
Bajando al refugio ya pasado el collado.
Canal que baja de la muralla rocosa.
Vista desde el refugio.
Con los simpáticos y amables guardas del refugio de Larribet. Falta Antonio que ya se había bajado.
"Blancanieves no vino, aunque se quedó hacíendo lo que más le gustaba".