12-enero-2013
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Marta y Esteban superando la pala de Labaza. |
Elegimos un clásico de la temporada de travesía como es el Diente Batanes. Es una cumbre a la que se llega con los esquís hasta su cota occidental y que no presenta especial dificultad, pero las condiciones de la nieve no siempre son iguales. Las previsiones eran que iba a haber fuerte rehielo nocturno y la pala de Labaza es una orientación oeste, por lo que a principios de enero, los rayos de sol apenas le tocan y la nieve no se transforma, así pues que cuchillas desde el balneario hasta la cumbre. Nos valimos del itinerario de la senda de verano para cruzar el bosque, pero superado éste y en las partes más pronunciadas de la pala de Labaza, hubo que poner la máxima concentración para no tener ningún desagradable traspiés. Superada la pala, el itinerario se modera y el sol ya había transformado la capa superior de nieve.
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Marta, Esteban y Jesús saliendo del bosque. |
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Nieve durísima. Las huellas son de días atrás, cuando no había hecho frío y apenas nos ayudan en la progresión. |
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Pequeño parón al sol para comer y disfrutar de las vistas hacía el soleado Garmo Negro. |
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Proseguimos con la marcha |
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Ya vemos los Dientes de batanes. El de la izquierda con nieve arriba es al que subiremos. |
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Ibón de la Labaza. |
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Nuestro compañeros de disponen a cruzar bajo el Batanes. |
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Ignacio y Ramiro con el Garmo a sus espaldas y ibón de Labaza bajo ellos. |
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Los mismos protagonistas pero ahora con el pico Labaza |
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Llegando al collado. |
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Sólo queda remontar el lomo hasta la cima. |
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Una posando en la cumbre. |
Para bajar, lo mismo que en la ascensión. Nieve impresionante desde la cima hasta la cota 2400 donde los giros hay que hacerlos con total seguridad y no hay margen para la alegría. ski control en estado puro.
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La nieve dura, pero con la capa superior transformada que nos hizo disfrutar a tope. |
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Enrique |
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Ramiro tanteando el terreno. De aquí hasta el para aludes con mucho cuidado. |