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miércoles, 18 de octubre de 2017

El Belvedere de Lescun

24 de Septiembre de 2017
Después de la circular a la Mesa de los Tres Reyes del día anterior, el domingo nos lo tomamos con bastante más calma y preferimos deleitarnos con un paseo por el Belvedere de Lescún y sus calles.

Desde el mismo pueblo de Lescún, vamos a la zona alta en su parte oriental para tomar el bien indicado sendero. Pasamos junto a una cruz y seguidamente llegamos a un quiosco-mirador, donde podemos aventurar lo bonita que va a ser esta corta excursión. Seguimos ahora haciendo una larga diagonal orillada por helechos, contemplando cómo, abajo en el valle, los coches circulan por la carretera. En la parte oriental de la ladera acometemos un pronunciado zig-zag para llegar en 45' hasta un cruce, justo cuando comienza el hayedo. Abandonando el camino de Barlette que nos llevaría hasta el Pont d'Esquit, seguimos a nuestra izquierda las indicaciones al Belvedere por la cresta de Ourtasse y nos introducimos en el espectacular hayedo, hasta que salimos por la parte alta dejando atrás el bosque y presentándonos en el Belvedere en poco más de una hora desde el inicio. Desde aquí, una senda baja con fuerte inclinación hacia el sur en busca del quiosco por el que hemos pasado al principio, pero nosotros somos muy disciplinados y bajaremos, después de un rato de deleite, por la circular propuesta y marcada. Las vistas sobre el circo y las calcáreas montañas de Billare no se ven todos los días así que, sin dudarlo, nos sentamos dejando perdida la mirada y la mente durante un rato.
Trapos de la quesería tendidos.
Lescun
Lescun
Cruz al comienzo del camino de Barlette, antes del quiosco
Lescun, con el Anie, Le Billare, Le Dec de Lhurs y entre estos dos, incluso asoma la Mesa.
Vistas a Lescún desde el quiosco
Camino de Barletto al Belvedere
La senda se divisa en la ladera.
Que luego las confundo... Crocus nudiflorus o falso azafrán.
El Colchicum montanum (despachaveraneantes, excusameriendas) no lleva tallito.

Los coches y la carretera en el fondo del valle.
A contraluz
Camino que hemos recorrido.
Carteles indicativos en el sendero.
Subiendo por el bosque de hayas.
En el Belvedere
El pueblo de Lescún desde el Belvedere.
Debemos poner fin a la parsimonia volviendo a Lescún. Nos encontramos casi sobre su vertical, así que el retorno se nos va a hacer muy corto. Seguimos la senda en fuerte bajada hasta llegar a la carretera y desde ésta, hasta el pueblo.
Contemplación
Bajando con Le Billare al fondo
Sobre la vertical de Lescun
Llegando a Lescun
El portal de una de las casas en Lescún
Fachada de una casa en Lescún
Terraza en Lescún
Pequeña circular, sin pierde y de inexcusable realización si os encontráis en el valle, que os deleitará con preciosas vistas sobre el circo de Lescún.

jueves, 5 de octubre de 2017

Aguallueve de Anento y de Arguilay. Circular.

10 de Septiembre de 2017
En Aragón hay 11 pueblos con el distintivo de Pueblos más bonitos de España y de ellos, dos se encuentran en la provincia de Zaragoza. Belén me propone visitar uno que no he visto nunca. En realidad debo reconocer, con verguenza, que apenas he oído hablar de él. Así que hoy nos vamos de excursión a Anento. 
Indicativo al Aguallueve
Lo de ir de visita a ver pueblos me encanta, pero si además lo acompañas con una andadica para conocer sus alrededores, pues mucho mejor, así que me pongo a buscar alguna excursión en Wikiloc. Anento, además de ser bonito, tiene a muy poca distacia su famoso Aguallueve y algo más lejos, el aguallueve de Arguilay. Con todo ello, auguro un día muy gratificante a tan sólo una hora de Zaragoza.
En una mañana bastante gris, dejamos el coche aparcado en el gran parking que tiene el pueblo de Anento. Son las 10 de la mañana y Anento parece un pueblo fantasma donde no hay nadie por la calle. Por suerte el restaurante acaba de abrir y nos permite tomar algo para desperezar nuestro ánimo. Junto a la oficina de turismo hay una placa que indica: Daroca por Báguena. Aquí comenzaremos a andar por el asfalto que en 20 mts se convierte en pista de tierra. Pasamos junto a la balsa Cerrada, que guarda las aguas del Aguallueve y otros manantiales que, canalizados mediante acequias, riegan la huerta colindante. Pronto cambiaremos la vega húmeda y fértil  por campos de cereal. Tras 30' andando llegamos al cruce que lleva hasta la localidad de Báguena. Aquí hay una finca donde los perros advierten con ladridos nuestro paso y nosotros giramos a la izquierda siguiendo la pista en busca del Arguilay. Entre campos de viñas llegamos a la zona de recreo del Arguilay, con merendero, columpios, barbacoa... todo junto a una balsa cercada, a la sombra de chopos cabeceros y pinos. Hasta aquí se podría llegar perfectamente en coche. La pista muere aquí y un sendero se introduce entre espesa vegetación, pasando bajo una pequeña chimenea de hadas, hasta el Arguilay de Báguena (1h desde la salida). Hace tiempo que no llueve y apenas cae agua por el colorido y enmarañado de raices y musgos que cuelgan del paredón rocoso.
Caminando por la pista a Báguena en busca del aguallueve de Arguilay
Llegando a la área recreativa de Arguilay
Aguallueve de Arguilay.
Chimenea de hadas.
Retrocedemos unos metros para buscar un cerrado sendero que cruza el barranco y empezar a subir el primer y único desnivel fuerte de la circular. Vamos subiendo introduciéndonos en el pinar para después girar a la izquierda por unas pequeñas gradas y ganar el escarpe en apenas 15' desde el Arguilay. Estamos sobre lo alto del barranco, con unas vistas privilegiadas sobre éste, y a la vez con los pies en la llanura del campo de Romanos, hasta vemos pasar coches pues la carretera se encuentra muy próxima. Por una senda al borde de los cortados, cruzaremos hacia el Este para pasar por encima del Arguilay y seguiremos a la izquierda haciando el mismo camino que hemos hecho por el fondo del barranco, pero ahora por arriba, junto a los cortados, siempre con cuidado en una sucesión de entrantes y salientes, que se convierten en improvisados "balcones" con unas espectaculares vistas al barranco. Pasaremos por una zona de pinos, para después, por una zona bastante más árida, encaminar nuestros pasos con la mirada puesta ya en el pueblo de Anento que se ve a lo lejos. La senda no está bien indicada.  Algún trazo de pintura, algún que otro mojón... pero se va siguiendo sin demasiada dificultad. En 2h 30' pasaremos junto a una caseta de repetidor para subir de nuevo al altiplano y marchar en busca del Torreón Celtíbero de San Cristobal cuyas ruinas datan del siglo III a. C. Desde aquí hay unas bonitas vistas a Anento. Ahora nos queda bajar, por unos escalones realizados con piedras del lugar, hasta el Aguallueve, un paraje singular donde el agua de manantial fluye entre las rocas formando unas bonitas formas de piedra y musgo. En el lugar hay una pequeña laguna que con la vegetación de sus paredes rebosa naturaleza. Seguiremos la marcha por la margen derecha del pequeño barranco que baja a Anento. Al llegar a un acogedor merendero con fuente, tomamos unas escaleras que suben junto a las paredes de color arcilloso del Castillo de Anento, donde tambíén hay un merendero a la sombra de un pinar. (20' desde el Aguallueve)
Vista del barranco desde su parte superior.
Pasando por encima de aguallueve de Arguilay que se encuentra abajo.
La senda que sube del fondo desde el Aguallueve de Arguilay a la senda de los miradores.
Entrantes y salientes se suceden.
Andando con cuidado
El cielo medio encapotado hacía que la mirada al horizonte fuese diferente.
Al fondo, ya vemos de nuevo Anento.
Torreón Celtíbero de San Cristobal
Vista de Anento desde el torreón.
Bajando por las ecaleras al Aguallueve de Anento.
Pequeña laguna en el Aguallueve de Anento.
El verde es el color que impera en el entorno del Aguallueve.
Escaleras que suben al castillo de Anento.
Pasando junto a las arcillosas montañas del castillo de Anento.
Foso y entrada al castillo de Anento.
Tras disfrutar de las placenteras vistas que ofrece la atalaya del castillo, cogemos unas escaleras que en 5' bajan directamente hasta el pueblo de Anento para perdernos por sus cuidadas calles y bonitas casas. Por la tarde, tuvimos la suerte de que nos enseñasen la iglesia y nos explicaran cada una de las tablas que componen el bien conservado retablo, probablemente el más valioso del gótico aragonés.

Vista desde uno de los salientes de la montaña que hay junto al castillo.
Bajando al pueblo de Anento.
Calle en Anento.
Torre de la iglesia San Blas de Anento.
Belén hace una parada en un banco de las calles de Anento.
Retablo en el altar de la iglesia de Anento.
Para indicaciones muchísimo más pormenorizadas de la ruta en esta web de los senderista de la sierra de Algairén.