El rio piedra, a su paso por el monasterio, divide sus aguas en innumerables cascadas de agua creando un paisaje de una gran belleza.
Al llegar, una señora nos preguntó por donde se llegaba a la cola de caballo. Pensamos que una cascada con esa denominación, se encontraba en el valle de Ordesa, pero aquí también hay otra.
Todo el parque es espectacular, pero la cola de caballo es la estrella del parque, con sus más de 50 metros de altura. Se recorre de arriba hasta abajo por un tunel con escaleras. El final de estas te deja en su base, en una galería, por su parte posterior.
En sus dos horas de recorrido, también hay algún sitio relajado después de tanto caudal, como este lago espejo.
este fue un paseo por la montaña, más tranquilito... Bonito finde, por todo. Dentro de nada el 2º. A por él...
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