viernes, 8 de julio de 2016

Lafortunada - Bielsa (por el Portiello de Tella)

3 de Julio de 2016
El valle de Pineta es, para mí, un sitio muy especial. Apenas me despegaba del cobijo familiar, así que, con 14 años, marchar de campamentos quince días en agosto marcaría un antes y un después. Hasta entonces, yo jamás había salido al monte y mucho menos había subido una montaña. Por eso, este valle encarna el “comienzo”, no sólo de mi pasión por las montañas, sino el comienzo de muchas historias emocionantes, vivencias compartidas y nuevas amistades, que hoy aún perduran.
Charrando con las chicas, ya llegando a Bielsa tras esta larga caminata, les conté, medio en broma medio en serio, que con esta ruta se había cumplido un sueño de juventud. Veréis... El campamento de los Montañeros Salesianos de Zaragoza se hacía en mitad del valle de Pineta, prácticamente bajo el pueblo de Espierba y una de las excursiones que se hacía era marchar a la Estiveta y el refugio de Montinier. Una vez aquí, mi mirada se dirigía a lo alto, hacia el Portiello, un collado a 2.067 mts . Bien es cierto que con posterioridad, ya de adulto, he subido al Perdido desde Pineta, a los Astazus, al Cilindro… pero éste es de los pocos sitios del valle que me quedaba por hacer pasados los años y por el que tenía una fijación especial.
Cabaña de Montinier y arriba ese Portillón inalcanzable...
Vi que Os Andarines de Aragón en el 2015 hicieron Lafortunada – Bielsa pasando por el Portiello, y pensé que no estaría mal hacerla por nuestra cuenta, así que se lo propuse a Belén. En principio, le pareció mucho desnivel acumulado, pero como  casi siempre aceptó la propuesta y lo publicitó en su grupo de Divinas de las Montañas. A Berta e Inma les gustó la propuesta, también vendrían. Genial, porque así podíamos hacer combinación de coches, ¡gracias Divinas!  En el último momento, y algo engañada,  se apuntó Laura, a quien por cierto, conocí en aquellos campamentos juveniles,  y que nos acompañó hasta Tella y el Dolmen.
Berta y yo hemos ido a dejar un coche en Bielsa, mientras el resto, en Lafortunada, han empezado tranquilamente a caminar.  Las alcanzamos antes de llegar a Tella. La senda va cogiendo altura en constantes lazadas que la hacen más llevadera, pero aunque es temprano, el calor empieza a molestar. Enlazamos con un tramo de pista, para luego continuar ya por sendero hasta las primeras casas de Tella. Nos ha costado poco más de hora y media.
Iglesia de Sta María en Badaín, encima de Lafortunada.
Dejando un trozo de pista, volviendo a coger la senda hacia Tella.
A nuestras espaldas Peña Montañesa.
Entrando a Tella
Chaminera en Tella
Se nota que es época de vacaciones y el pueblo recibe las visitas de los veraneantes. Nosotros tenemos que continuar, así que seguimos las marcas rojas y blancas de GR para llegar a un abrevadero que se encuentra muy cerca del famoso dolmen. De aquí sale el sendero PR-HU 137  hasta Bielsa por los canales del Cinca, excursión que recomiendo hacer y de la que haré una entrada cuando tenga tiempo. Seguimos las señales por una pista de tierra hasta que llegamos al paso clave donde la GR se bifurca: una, la GR 19 que va hasta salinas y la otra (variante de la primera), la GR 19.1 que nos lleva hasta Bielsa por el Portillón y que es la que cogemos. La senda se introduce en el bosque y mientras vamos subiendo, notamos que nos vamos demasiado hacia el Este, pero no hay que preocuparse. Seguimos las marcas y salimos a una pista ya superado el bosque. Volvemos de nuevo a la senda que va cogiendo atajos a la pista. Las marcas de pintura están en muy buen estado (año 2016). El poco arbolado que quedaba, cambia por los erizones y las praderas. Pasamos cerca de algún refugio pastoril y un par de abrevaderos. En el más alto de ellos, el agua mana fresca y en abundancia. Ya sólo nos queda el último repecho, que se hace un poco más duro por los metros acumulados, hasta el Portiello (3 horas, con paradas para comer, desde el abrevadero de Tella).
Abrevadero (mes de julio, escaso de caudal) muy cerquita del Dolmen. Enfrente, el "tajo" que nos queda.
Llegamos al punto clave. derecha GR-19 a Salinas. Nosotros recto por la GR-19.1.
Perdemos la sombra del bosque. Ahora la senda discurre entre erizones y bojes.
Con el Castillo Mayor al fondo
Curiosa piedra.  El collado ya más cerca...
La Pala Montinier
Buen momento para avituallar. Caudal abundante (mes de julio) de agua fresca.
Llegando al Portiello.
Foto en el Portiello.
Llegados al Portiello, estamos flanqueados a los lados por Peña Altura y el Gran Mallo y contemplamos al aur Cotiella, Punta Lierga, Peña Montañesa, Castillo Mayor y hasta el pantano de Mediano, que nos ha estado acompañando buen rato y al norte, frente a nosotros, Robiñera, La Munia, Fulsa, Suelza...  Abajo ya veo la Estiveta y ¡¡la cabaña de Montinier!! (foto de cabecera).  Por fin estoy en ese punto que tanto interés me despertaba 25 años atrás,  cuando desde abajo me preguntaba qué habría al otro lado...


La senda empieza a bajar en zig zag entre el prado, para después seguir haciéndolo de manera más directa por lajas y pedreras. Las vistas son muy bellas. Mientras vamos bajando levantamos de vez en cuando la cabeza y disfrutar del circo granítico. En 45´ recorremos los 400 mts que separan el Portillón de la cabaña, que está limpia, pero la puerta, rota. Buscamos una sombra donde descansar y comer algo, para proseguir ya sin paradas hasta Bielsa (nos queda 1 hora y 600 mts de desnivel). Antes habremos tenido que continuar bajando por el barranco de Montinier hasta topar con una pista, que continuaremos a la derecha, hasta llegar a una borda, donde una senda y siempre siguiendo las marcas rojas y blancas de la GR 19.1, nos dejará en Bielsa.
Bajando por la ladera herbosa
Senda siempre bien señalizada (año 2016)
Luego más directo entre lajas y piedras.
Vista atrás
Llegamos a la cabaña de Montinier, buen lugar para comer.
Ya en la pista, el bosque nos deja ver Marboré. ¡Parece Alpes!
Transitando por la pista
Volvemos a coger la senda.
Que se convierte en un delicioso paseo...


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jueves, 2 de junio de 2016

Los Pacos de Morrano y Tamara

29 de Mayo de 2016
Belén ha buscado una excursión algo corta y que yo me encargaré, una vez más, de alargarla...
Peña Falconera y el huevo de Morrano
No dan un finde con altas temperaturas, así que la sierra de Guara es el destino que esta vez vamos a tomar. No habíamos oído hablar de esta ruta a pesar de estar muy cerquita del bello pero bullicioso y degradado Salto de Bierge,  pero sabiendo de la zona y con las fotos que vimos antes de hacerla, sabíamos que nos iba a gustar. Hay que ir hasta Bierge y continuar por la carretera hasta Morrano, lugar por el que también pasó Lucien Briet. Antes de empezar con la excursión, dando una vuelta por las cuatro calles de este pequeño pueblo, quedé prendado de la torre de su iglesia. Parece mentira que pueda mantenerse en pie. Es evidente que necesita una actuación urgente del obispado de Huesca y desde la asociación "Peña Falconera" trabajan por ello.
Salimos andando por la parte norte del pueblo por una pista que se abre paso entre campos de cultivo, olivos y almendros. Tras cruzar la carretera, seguimos de frente para pasar junto a una barrera que nos indica que entramos en entorno protegido. Continuamos por la pista que va perdiendo altura y nos interna en el bosque. En este trayecto encontramos varias indicaciones para bajar al barranco de la Peonera. Llegamos a un cruce de pistas con un poste indicativo a la ermita de San Martín, Pedruel y Castillo de Naya. Nuestro recorrido no va por ahí y el panel no da tiempos ni distancias, pero como la excursión prevista es corta, decidimos desviarnos con la esperanza de añadirle interés. Subimos por la pista, tan empinada que parece un cortafuegos. Dudo que un 4x4 suba por aquí... Ya muy arriba, encontramos una señal indicándonos el senderillo que lleva hasta la ermita, así que, como suelen estar en lo alto, me aventuro en solitario pensando que estoy cerca. ¡Pues no! Tengo que tomar la senda y descender todo el barranco. Perdí el sendero al llegar al cauce, y no supe por donde continuar. Arriba me esperan, así que, tan rápido como he bajado 200 mts vuelvo a subirlos. Una vez arriba, y recuperado el aliento, nos asomamos a los cortados y, escondida tras la roca... ¡allí está!. La apuntamos en "pendientes". Volveremos otro día, con la excursión más preparada...

Iglesia de San Pedro Apostol, en Morrano

Saliendo del pueblo
A lo lejos vemos el Huevo.
Nos hemos desviado en busca de la ermita
Al coger altura, las vistas ganan en amplitud
Bajando por la vertiginosa senda hacia la ermita. Un puente metálico cruza el río Alcanadre.

Encima del paredón y mirando abajo, encuentro la ermita.
Volvemos de nuevo al cruce de caminos para retomar la excursión. Por un espeso pinar recorremos la pista que es camino natural del Somontano de Barbastro,  que se convierte en senda, para unos metros más adelante, toparnos con la verticalidad del rocoso Huevo de Morrano. Pasamos por su base siguiendo la baranda de madera, incecesaria, pues no hay peligro alguno. Llegamos hasta un pequeño mirador con un banco de madera y un panel explicativo de por qué está ahí la peña Falconera (halcón en aragonés es falcón). Son los restos de un gran delta fluvial de hace 30 millones de años.Continuamos un poco más y a la izquierda del sentido de nuestra marcha, encontramos el desvío a la fuente de Tamara, a la que llegaremos en 20 minutos de continua bajada. Es una pequeña zona de recreo donde el agua mana de la roca y confluye con el fin del barranco de la Peonera. Es momento para hacer una parada, comer y si la temperatura es cálida, tomar un baño. Aquí nos encontraremos con excursionistas que han venido desde Bierge. Volvemos sobre nuestros pasos para tomar el camino donde lo dejamos y continuar nuestra marcha hasta el pueblo de Morrano, comienzo y fin de nuestra ruta.
Retomamos la marcha hacia el Huevo
Vemos el camino natural del Somontano de Barbastro, que viene de Pedruel. Nosotros hemos subido por él en busca del sendero que lleva a la ermita
Con el Huevo

El Huevo, protagonista absoluto.
Banco y panel interpretativo.
Bajamos hacia la fuente de Tamara.
El barranco se abre y sus aguas son un remanso hasta Bierge.
Final de los estrechos de la Peonera.
Volvemos de Fuente Tamara y retomamos el camino a Morrano.
La iglesia de San Pedro Apóstol, emergiendo entre los campos de cereal.
Badina y calle Mayor de Morrano.
En rojo la ruta y en puntos azules nuestra incusión en busca de la ermita.