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domingo, 14 de julio de 2019

Villel - el Tranco - La Escondida - Fuensanta

26 de mayo de 2019
Jamás habíamos oído hablar de esta ruta. Ni tan siquiera de Villel. 
Sin embargo, poco después de estar, oímos hablar del Tranco por todas partes... 
Lo más espectacular es el barranco, que aunque muy corto, se disfruta y se recorre fácilmente gracias a los peldaños y a las grapas metálicas clavadas en la roca.
Belén abriéndose paso entre las paredes.
Dejamos el coche en la entrada N.O del pueblo de Villel donde hay unos paneles explicativos de la GR10. Puestas las zapatillas, cruzamos una rambla para pasar a la calle San Cristóbal, en el barrio de Torrejón, y junto al cementerio cogemos la pista de La Chartera. Llegamos a un cruce que pasa entre  una pequeña balsa y el tejado del Santo de la Serrilla (ermita de San Pablo en los mapas) para continuar las indicaciones a Fuente Chartera. Pasamos por un estrecho entre los Canales de Chartera y El Castillejo y llegamos hasta el nudo del bucle donde se encuentra, algo más adelante, el manantial de la fuente de la Chartera y el comienzo de los estrechos del Tranco.  La umbría y escarpada garganta está equipada con peldaños, grapas y alguna sirga que nos permite recorrer los estrechos de abajo arriba. La distancia es corta pero se disfruta mucho, con la añadidura de que estuvimos solos todo el recorrido. Siguiendo el barranco llegaríamos al pueblo de Rubiales, pero nosotros cogemos un desvío a la derecha que asciende y vuelve hacia el comienzo del nudo del bucle pasando por el collado de las Vigas. En lo alto de éste y antes de emprender el descenso, me acerco hasta la vertical del barranco con mucho cuidado para no provocar que alguna piedra se desprenda, pues abajo puede haber gente transitando. Ya bajados del collado llegamos hasta unas parideras abandonadas y giramos a la derecha para llegar hasta el nudo del bucle. Un poco más adelante, de nuevo el manantial de Chartera, pero giramos a la izquierda cruzando el barranco y cogemos una pista hasta llegar al pequeño embalse de Villel.
Cruzando la rambla hacia el barrio de Torrejón
No tiene pérdida. Todo está convenientemente marcado.
Balseta junto al tejado del Santo de la Serrilla.
Estrecho junto al Castillejo. Pasamos bajo un acueducto.
Manantial de la fuente de la Chartera
Cruzamos sobre un pequeño puente
El barranco se va estrechando más y más.
Peldaños , grapas y sirgas nos ayudan a subir seguros.
A pesar de haber llovido la noche anterior, el barranco está completamente seco.
Otro tramo de escaleras.
El barranco ya transcurre por llano y se va abriendo.
Hasta llegar al cruce al pueblo de Rubiales (recto) y la vuelta a Villel por el collado de las Vigas (derecha)
Subiendo al collado de las Vigas.
Desde el collado, vista hacia el barranco que continúa a Rubiales.
Desde el collado, vistas al sur.
Parideras abandonadas poco antes de llegar al bucle de vuelta.
Cruzamos el barranco de la Chartera para ir al embalse de Villel. Por la derecha, volveríamos al Tranco.
Embalse de Villel.
Dejado atrás el embalse, pasamos por el Abandonado de Tintoreto y subimos, por senda, por unas coloridas cárcavas para bajar de nuevo hasta una pista donde se juntan los barrancos de Valdaño y Hocino, ya muy cerca del Santuario de Fuensanta. Pero antes de llegar, subiremos por una inclinada pista hasta la pequeña ermita de La Aparecida, donde se cuenta que en sus alrededores la Virgen de la Fuensanta se le apareció al pastor Juan Pérez. Desde este punto hay una buena vista del Santuario de la Fuensanta a pie de los Cuchillos, formaciones rocosas con esa forma. Tras descansar un rato a la sombra, retomamos la pista para bajar hasta el Santuario de la Fuensanta, que se encuentra muy animado, con las barbacoas echando humo. Sentimos cierta envidia porque ya tenemos hambre así que no nos entretenemos y seguimos la marcha. Un cartel nos indica un desvío a un nido de ametralladoras de la Guerra Civil a 600 mts, así que sin pereza nos acercamos y de este modo conocemos también de dónde vienen los huevos ecológicos de Villel (se pueden comprar en el mercado agroecológico). Ya de vuelta al pueblo, pasaremos por algún peirón y marcas señalizadoras del camino de Veracruz (otra ruta a apuntar para la jubilación)

Dejamos abajo el embalse de Villel
Contraste de colores en las cárcavas de la Gallatillas.
Bajamos hacia el barranco que nos llevará al Santuario de la Fuensanta.
Allí tenemos a La Aparecida.
Antes subimos a la ermita de La Aparecida. Enfrente, los Cuchillos.
y un poco más a la derecha el Santuario de Fuensanta.
Nosotros nos hacemos una foto en la entrada de La Aparecida.
Bonitas vistas sobre el Santuario de Fuensanta. El 1.2 kms y los 100 mts de desnivel son compensados por la virgen.
Bajamos de nuevo a la pista
Y enseguida llegamos a la Fuensanta.
Nido de ametralladoras
Ya vemos el pueblo.
Y su característica torre.

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viernes, 1 de febrero de 2019

Broto - Sarvisé - Buesa - Broto.

1 de enero de 2019
¡Feliz año! Primer día del 2019 y como no nos hemos excedido, podemos marchar a realizar un pequeño paseo por los alrededores de Broto.
Buesa desde la iglesia
Hay un camino que discurre paralelo al río Ara y que lleva hasta Sarvisé. Al comienzo y tras dejar a un lado la urbanización Nuevo Broto, pasamos muy cerca de la ermita de San Blas. No la llegamos a visitar, pero para la próxima ocasión queda pendiente, porque si pincháis en el enlace, veréis que tiene mucha historia que contar. A la izquierda hay pastos donde las vacas y sus terneros pastan a sus anchas. A nuestra derecha, siempre el río. No hay ningún tipo de desnivel y no tiene pérdida alguna. Cuando ya tenemos las casas de Sarvisé a la vista, aparece a nuestra izquierda una pista que desemboca en la carretera a escasos 100 metros de Sarvisé (45'). Todo aquí parece muy nuevo y es que la guerra civil, acabó con casi todo él.
Propongo acercarnos hasta el pueblo de Buesa y a la mayoría les encaja la propuesta. Los que no, se pueden volver por el mismo camino que han venido.
Para subir a Buesa desde Sarvisé hay dos caminos. Uno el del Quejigar y otro el del Boj. Los dos parten desde la carretera a Broto. Cogeremos el primero que es algo durillo pero muy agradable de transitar. En nada pasamos junto a la ermita de San Cristobal con unas preciosas vistas al valle de Broto. La senda entre robles y bojes llega, por medio de unos muretes, hasta la parte alta del pueblo de Buesa donde se encuentra la iglesia de Santa Eulalia (1h 25'). Una parada para descansar al sol que de nuevo nos acompaña calentando el día. Un camino empedrado cruza por un puente a la otra parte del pueblo junto al lavadero. Nos entran ganas de tomar una cerveza en el restaurante del pueblo, pero va ser que no, que sólo dan comidas, así que nos tendremos que aguantar hasta llegar a Broto. Caminando la carretera de Buesa a Broto, tomamos una pista a la derecha que, subiendo un poco, conecta con el sendero de bajada a Broto (2h 10').
Río Ara
Indicación del camino.
Ermita de San Blas.
Allí en lo alto se encuentra Buesa.
Camino que alcanza la carretera muy cerca de Sarvisé.
Casa a la entrada de Sarvisé
Valle Broto desde la ermita de San Cristobal.
Ya vemos el pueblo de Buesa.
El cementerio se encuentra junto a la iglesia.
Iglesia de Santa Eulalia en Buesa.
Otra del cementerio.
Compartiendo momento a través del móvil.
Cruzando a la otra parte del pueblo. Enfrente, el lavadero.
Curiosa casa con diversos útiles colgando en la fachada.
Chaminera en Buesa.
Inma tomando alguna foto.
Teresa y Berta.
Bajando por el sendero a Buesa.
Se cruza la carretera un par de veces.
Ruta creada y seguida:


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