martes, 5 de marzo de 2019

Larano - Boca Do Risco - Larano. Porto Da Cruz. Machico

11 de Febrero de 2019
La última de las excursiones pues el día siguiente lo queremos dedicar enteramente a visitar Funchal. La vereda de Larano a Boca do Risco era un descarte pero nos sorprendió, como no podía ser de otro modo, y es que en Madeira ¡no puede haber descarte!
Vereda do Larano
La ruta parte desde el final del camino de Larano (Ruta desde Funchal) hasta la Boca do Risco, donde ya estuvimos el segundo día en la isla, recorriendo una vereda horizontal al océano sobre los acantilados. En un principio pensamos que podría ser algo peligrosa por su estrechez y porque al ser norte, en febrero apenas recibe el calor del sol y el suelo podría estar resbaladizo. Afortunadamente, está protegida y aunque las vistas son espectaculares, no entraña mayor peligro si vas con un mínimo de cuidado. Tras 1h 15' llegamos hasta Boca do Risco. La vuelta la vamos a hacer remontando la montaña y recorriendo un bonito bosque de laurisilva. El camino cruza un pequeño llano y va subiendo hacia el S.O. Algún tramo se acerca a los cortados para que podamos disfrutar todavía más de las vistas. Debemos estar atentos en las inmediaciones del Pico do Furado, porque en un momento dado (1h 45') abandonaremos la senda y cogeremos otra a nuestra derecha que desciende ligeramente hasta dar con el final de una pista. Recorremos cómodamente ésta hasta que llegamos a un merendero con mesas y sillas de madera (2h 15'). Dejamos la pista para seguir por una senda que discurre casi paralela a la primera. El bosque es precioso y se camina fácilmente. La senda desemboca de nuevo en la pista junto a una casa (2h 30'). Cogemos una senda que arranca en unas escaleras y seguimos por ella en un continuo sube-baja, por medio de una vegatación exuberante, todavía más si cabe, dejándonos prendados a cada paso que damos. Llegamos de nuevo a otro merendero (3h 30') situado a la revuelta de una pista. Ascenderemos unos metros a nuestra derecha por una senda antes de empezar el vertiginoso descenso. El track que hemos subido lo hemos catalogado de dificultad media, precisamente por el descenso del sendero. El camino está bien marcado, pero baja con bastante inclinación y con el suelo húmedo. Discurre entre bosque, pero se entrevé el acantilado. La inclinación se modera y, ya muy cerca del fin de la excursión, poco antes de llegar al coche, pasaremos junto a unos huertos (4h 10'). Es el momento de tomar esa cervecita que encontramos debajo de un asiento en el coche, poco antes de empezar, y que con buen ojo, metimos a refrescar en la canal que riega los huertos.
Las vistas que nos van a acompañar hasta llegar a Boca do Risco.
Uno de los entrantes en la montaña.
Al fondo, los salientes de Pedra Furada.
La senda es ancha y cómoda.
En algunas zonas hay una sirga en el lado exterior a modo de quita miedos.
Echamos la vista atrás. Se adivina el corte de la senda en la montaña.
Llegando a Boca do Risco
Comenzamos la ascensión
Nos podemos asomar
Cogemos un desvío a la derecha.
Jugando al escondite mientras recorremos la pista
Otro momento en que la pista nos ofrece despejadas vistas al océano.
Merendero de madera. Cogemos aquí una senda paralela a la pista.
Alargamos algo más que por la pista , pero merece la pena.
Cogemos de nuevo una senda.
El bosque es precioso.
Otro merendero antes de hacer una pequeña subida...
... y empezar el descenso.
La caída intimida.
Llegando al final de la circular.
El trak de la vuelta a Larano y Boca do Risco:

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Después de la excursión matinal, por la tarde tenemos tiempo para bajar con el coche a Porto da Cruz, conocido por sus viñedos y por ser acomodo para bañistas (cuenta con piscina natural) y surferos. En esta época se encuentra todo muy tranquilo. Cogemos el coche de nuevo y nos vamos a Machico para conocerlo un poco más a fondo, pasear por sus calles, tomar algo en una terraza y andar descalzos por su pequeña playa.
La estrelicia, la flor de Madeira. Porto da Cruz dominado por Penha d´Aguia
Larano, lugar por donde ha discurrido la excursión de la mañana.
El océano, algo picado, levantaba sus aguas sobre el paseo.
Iglesia parroquial de Porto da Cruz, reemplaza a la demolida Nossa Senhora de Guadalupe.
Cementerio de Porto da Cruz
Machico. Los característicos taxis de Madeira junto a la iglesia de la Conceião
Paseo 25 de Abril
Jugando al dominó. ¡Con qué fruición tiraban las fichas!
La playa de Machico. Encima, el Pico do Facho.
La playa desde el espigón.
Merecido y reconfortante paseo por la playa.
Si te ha gustado, puedes ver las demás excursiones 
pinchando en la foto.
https://cuandobajelsol.blogspot.com/2019/02/resumen-viaje-madeira.html

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